la mariposa roja

largo se nos hizo hoy el camino a un pueblecito del delta del paraná (buenos aires norte) llamado TIGRE. la ida fue cansina, nos equivocamos: cogimos el bus lento y tardamos dos horas por lo menos. sin embargo, de pronto, una mariposa roja entró por una de las ventanas del colectivo (=bus) y nos presentó sus sentimientos un buen cacho de rato. ya pensamos en argentino, eso se lo aseguro...
TIGRE es un pueblecito lindísimo con una estación ferroviaria y otra fluvial. cogimos unos tikets y nos presentamos a una pequeña lancha colectiva para adentrarnos en el mundo pantanoso del delta del río paraná. un espectáculo: se trata de una zona residencial, casitas cada una de ellas con puertecito propio (rollo muelle de madera) y nuestra lancha iba recogiendo gente, dejando trastos y repartiendo el correo por números. río adentro, cada vez más adentro, sin final. ¿sabés esas cosas que no sabes dónde van porque no terminan nunca? ¡eso! y acabamos en un restaurante con un jardín fabuloso, inmenso, con miniplaya (arena y todo). total: menos de diez euros. ¡un lujo de país! pero también nos dimos cuenta de lo grande que es buenos aires, y el espanto de cómo viven algunos, la contaminación de aire y agua, delincuencia senil (sólo probable, no segura), alta suciedad, mendicidad (sobretodo en los trenes: cada cinco minutos pasaba alguien vendiéndote la moto que fuera: pastelitos, chocolates, suéters, ropa, limosna a secas, etc.). demasiado grande: quince millones de personas son demasiadas. barcelona siempre será barcelona.

bueno, esta noche toca un poco de fiesta con Siso y sus amigos. mañana, ¡Boca!
que tengan un lindo viernes de los inocentes. argentina nos gusta mucho, aunque su color sea el plata (ó azul casi gris casi negro casi ninguno), y su olor ese polen menstruado inodoro pero cuántico. ¡vos ya me entendés, loco!
feliz año nuevo si no nos vemos antes de tres días...