pingüino sobre pingüino

miércoles 2 de enero de 2007 (perdón 8).
esta mañana era la mañana. adiós buenos aires. a les seis en punto a-eme teníamos el taxi esperando en la calle piedras. 33 pesos y un viajecito matutino hasta el aeroparque (aeropuerto de buenos aires de regímenes de vuelos interiores). a eso de las ocho y pico estábamos obrevolando la capital federal, por encima del skyline, más allá de las nubes, río de la plata de sótano y, oh!, sorpresón!, media luna de visita (quizá desde el luna park de calamaro), destino trelew, en península valdés, al centro este del país. dos horitas de viaje.
NOTA. en el aeropuerto de trelew (que viene de tre=ferrocarril y lew=un tal lewis, personajito de creó el tren por esas latitudes, un británico más, vamos), pues eso, en el aeropuerto nos requisan UN PAR DE MANZANAS, que no se puede llevar horticulturas ni carne de animal por un problema de no sé qué bacteria... es simplemente una nota divertida.

seguimos. alquilamos un coche (un poco caro, pero alquilado) y nos introducimos en el bonito mundo de la nada, que es el mismo del eco, del "¿dónde estan?" ó "¿hay alguien?", del ver letreros con "kilómetro 1589" (tal cual), o miles de metros en línea recta (casi perfecta) sin parar, o no ver autos en veinte minutos, o chocarse (acá significa "encontrarse", no preocuparse) con uno de esos megacamiones de las películas de hollywood (existen, men!), etcétera. en el bonito mundo de la nada, no hay nada, bueno sí, carretera recta, viento, calor, piedras, asfalto o sucedáneos, y llanura vertical, digo vertical porque quiero decir absoluta, llanura de desierto, llanura de calor, de nada, de nada más. Uknow. y tras 110km. dirección sur, tachán-tachán, punta tombo, uno de los parajes más bonitos que he visto en mi vida. asegurado.
entrada: 30pesos por persona. resultado: 30x1.000 pingüinos. por todas partes, de todas las formas, en todos los lugares. un camino de kilómetro y medio, pues no me puse a contar pero seguramente dos o tres mil "pájaros torpes", los únicos sin alas, los únicos (con los avestruces, que también vimos) que no pueden volar. ahora en enero es época de cría. los padres dejan en la madriguera (esto es, debajo de unos arbustos, en agujeros en la tierra, etc.) a los llamados "pinchones" y se van al mar a buscarles comida. se adentran hasta 600km. para dicha labor. unos padrazos, neng! pues dicho caminito pasa al lado de los nidos, miles de nidos. existen diferentes tipos de pingüinos: los atrevidos (que casi pudimos tocar), los chulos que se pasean con orgullo delante de los flashes o en mitad del camino de los humanos), los miedicas (ni verlos), los malaspulgas (te escupen si te acercas demasiado o se pelean con todo pingüino que les pase por al lado), los cháchara (comentando la jugada con los vecinos) y los torpes (que se caen siempre en le mismo lugar). fue increíble, preciosísimo. un placer de verdad. entusiasmo es lo que registraron nuestros ojos. genial. bien-bien.
después evidentemente 110km. de vuelta + 60 plus para llegar adonde teníamos concertado el nuevo albergue,llamado la tosca, servido por un tal marian y una tal mariana, en puerto madryn. un lugar tan diferente de benos aires, es rollo castelldefels, o calafell, pero sin demasiados gritos, la gente es tranquila, mucho más amable que antes, alegre... hay layas! y estamos a 70km. reales de península valdés, famoso por sus ballenas en invierno. como ahora es verano acá, pues no ballenas, pero habrá más pingüinos, focas, leones marinos, delfines e inclusive orcas. veremos. un beso desde la tosca, donde por cierto hemos encontrado a unos de barcelona. el mundo es un pañuelo de mocos, y de pingüinos. chaw